6/07/2011

Europa siembra hambre

Los productores se ven atados de manos por leyes que obligan la uniformidad y protegen las patentes. Bajo las normas de propiedad intelectual, los productores deben pagar por usar genes y tecnologías patentadas, en su mayoría propiedad de grandes corporaciones.

Los científicos se encuentran en la misma trampa y no pueden utilizar la amplia gama de diversidad de semillas, dijo Pimbert. El resultado es una drástica reducción de la diversidad genética, alerta el informe Oportunidades para las Semillas en la Agricultura, divulgado a comienzos de este mes.

El estudio se basa en los hallazgos del proyecto del mismo nombre financiado por la Unión Europea (UE) y en el que colaboran institutos de investigación públicos, redes de campesinos y asociaciones de productores orgánicos de seis países del bloque. Expertos coinciden en que la diversidad brinda mayor capacidad de resistencia a un sistema de producción de alimentos que será duramente afectado por el recalentamiento planetario.

Por ejemplo, una diversa combinación de plantas, árboles y animales duplicó la cantidad de tierras cultivadas en 20 países de África subsahariana en los últimos 10 años, según un informe de Olivier De Schutter, relator especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación. De Schutter llama a esta forma de producción “agroecología”. No sólo logra mayor resultados con menos costo, sino que también mejora la salud del suelo y reduce drásticamente la llamada huella de carbono, que mide la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera por personas, productos o empresas.


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